Presentación del Componente

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EI Componente de Investigación y Músicas Populares Regionales del Plan Nacional de Música para la Convivencia, se estructura desde las siguientes líneas de acción:

1. Políticas de Fomento a la investigación y documentación musical en Colombia.
2. Programa Territorios Sonoros de Colombia para el fomento a las músicas regionales de tradición popular.
3. Fomento a prácticas creativas de Pueblos Originarios.

Estas líneas de acción son producto de la reflexión permanente al interior del PNMC y de los diálogos con el sector, la academia, las organizaciones sociales e indígenas, y la institucionalidad de orden departamental y municipal, cuyos antecedentes se presentan brevemente a continuación.

A partir de la creación de Colcultura, las primeras políticas oficiales de fomento a la música en el siglo XX surgieron en tomo a la creación, el fortalecimiento y la proyección de músicas de banda y orquesta sinfónica. Posteriormente, el enfoque se amplió hacia la difusión de la tradición musical de bandas, orquesta sinfónica, ópera, coros y se dinamizó la programación de conciertos en el Teatro Nacional. En 1976 se creó el Centro de Documentación Musical- CDM, cuya actividad se orientó, por una parte, hacia las músicas populares regionales, y de otra, a la expresión musical de compositores e intérpretes profesionales. Adicionalmente, el CDM asumió labores de divulgación a través de programas de radio, televisión, publicaciones y ediciones musicales desde entonces.

En la década de los años 90 se estructuraron los Programas Nacionales de Bandas, de Coros y de Músicas Populares en el Área de Música de la Subdirección de Artes de Colcultura, y se generaron distintas estrategias para reconocer el valor de las músicas regionales tradicionales y sus agentes, primero a través del Instituto Colombiano de Cultura-Colcultura, mediante el Programa CREA: una expedición por la cultura; y posteriormente con la creación del Ministerio de Cultura en 1997, se avanzó en el reconocimiento de los agentes y fomento a las músicas regionales de tradición popular en el país desde el Programa Nacional de Músicas Tradicionales y Populares (1998-2004).

En el marco del Plan Nacional de Desarrollo 2002 — 2006 se puso en marcha el PNMC como política pública cultural prioritaria para el Estado. Este Plan se articuló con los propósitos y campos del Plan Decenal de Cultura 2001 — 2010 “Hacia una ciudadanía democrática y cultural", en los ámbitos de la creación y memoria, diálogo cultural y participación. En septiembre de 2003 se publicó el documento Escuelas de Música Tradicional, elaborado por expertos quienes en representación de distintas regiones del país, propusieron 11 “ejes musicales" definidos a partir de las prácticas más reconocidas de cada región, y los lineamientos de formación aplicables a las escuelas municipales de música. Estos 11 ejes que dan cuenta de contextos, usos y funciones sociales, elementos sonoros y musicales, realidades simbólicas de las prácticas musicales, son los siguientes:

1) Músicas Isleñas (Calypso, Schottis y otros): San Andrés y Providencia.
2) Músicas de Acordeón y Cuerdas (Vallenato y otros): Guajira, Cesar y Magdalena.
3) Músicas de Pitos y Tambores (De Gaitas Larga y Corta, Millo, Baile Canta'o, Tambora y Bandas tipo pelayera): Atlántico, Bolívar, Sucre y Córdoba.
4) Chirimías y Cantos Tradicionales (porro Chocoano, Alabaos y otros): Chocó.
5) Músicas de Marimba y Cantos Tradicionales (Currulao y otros): Litoral Pacífico del Valle, Cauca y Nariño.
6) Músicas Andinas Sur—0ccidente (Bandas de flautas, Vals y otros): Cauca, Nariño y occidente del Putumayo.
7) Músicas Andinas Centro-Sur (Rajaleña, Caña, Sanjuanero y otros): Huila y Tolima.
8) Músicas Andinas Centro-Oriente (Rumba, Bambuco, Guabina y otros): Norte de Santander, Santander, Boyacá y Cundinamarca.
9) Músicas Andinas Centro-Occidente (Pasillo, Bambuco, Shotis y otros): Valle, Antioquia, Quindío, Risaralda y Caldas.
10) Músicas Llaneras (Joropo): Vichada, Arauca, Guaviare, Meta, Casanare y Oriente de Cundinamarca y Boyacá.
11) Músicas de Cuerdas, Murgas y otras: Caquetá, Amazonas, Putumayo, Guaviare, Vaupés y Guainía.

La definición de los ejes y lineamientos de formación para las músicas regionales del país, reconocen la gran riqueza y diversidad musical colombiana, que incluye desde las prácticas de contextos indígenas y campesinos, hasta las propuestas urbanas más vanguardistas que hacen parte de movimientos internacionales.

Todas estas manifestaciones generan tramas de sonoridades que comparten espacios y tiempos, e intercambian lenguajes y se mezclan en diversos sentidos. Estas músicas son reserva y fuente de nuevas sonoridades, verdaderos bancos genéticos para el fortalecimiento cultural de América Latina en general y de nuestro país en particular, a manera de libros abiertos que brindan infinidad de textos para los músicos, para los arreglistas, para los públicos;.

En este sentido, frente al desarrollo de las líneas de acción del Componente, es oportuno señalar que el PNMC inició en su primera etapa 2003-2006 con la implementación y fortalecimiento de cinco estrategias, a saber: Formación, Dotación (instrumental y de materiales pedagógicos y musicales), Gestión, Información y Circulación-Divulgación. A partir de 2007 se implementan las estrategias de Investigación y de Producción y Emprendimiento. En principio, la estrategia de Investigación propició la creación de becas y estímulos en el campo. En 2009 se fortalecieron los diálogos con Colciencias y la Academia, y se realizó el Primer Encuentro Nacional de Investigación y Documentación Musical, que convocó a grupos de investigación universitarios y a investigadores independientes, generando condiciones para la formulación en 2011 de un Documento de lineamientos de política para el fomento de la investigación y documentación en artes y música, y en 2015 para la formulación e implementación del Documento de políticas para formación de investigadores en música.

De otra parte, un avance significativo para el desarrollo del campo de las músicas regionales de tradición popular en Colombia, lo constituye la creación del Programa Territorios Sonoros de Colombia que se estructuró a partir de 2008, porque además del fortalecimiento de los procesos formativos a través de las Escuelas municipales de música, abrió oportunidades a otras estrategias como la organización de los agentes a través de comités departamentales y regionales de Territorios Sonoros, la formulación de planes de desarrollo musical regionales (distintos a los Planes Departamentales de Música), que permiten identificar las prioridades en los campos de la formación, la investigación, la creación, la producción, la dotación, y otras que inciden directamente en la organización sectorial.

La tercera línea de acción, fruto de los diálogos iniciados desde 2009 con organizaciones y líderes del pueblo Nasa en el Departamento del Cauca, concretó en 2013 el Fomento a las prácticas creativas de Pueblos Originarios, que permitió una construcción respetuosa de estrategias concertadas entre las organizaciones indígenas y el PNMC, sobre la base del reconocimiento del Estado acerca de la historia, el territorio, la espiritualidad, Ia Iengua, la educación y las prácticas creativas, incluidas las expresiones musicales, de estos pueblos. Actualmente se adelantan actividades específicas en el Norte del Cauca con los pueblos Nasa, Yanakona y Kishó.